miércoles, 13 de julio de 2011

Item N#87675


El sentido de la vida… La pregunta del millón. “Tiene el sentido que tú le das”, “crea tu propio camino”, “vive para el hoy”, “alégrate de estar vivo”. Ojalá pudiera alegrarme de estar vivo,  ojalá pudiera poseer la visión de los moribundos, su acérrimo amor a la existencia y el profundo deseo de contemplar un amanecer una vez más, pero te diré lo que realmente anhelo; deseo despertarme cada día junto a ella, que me sorprenda la mañana en una cama que no es la mía, en un lugar que no reconozco de un país del que nunca he escuchado, quiero la aventura de preguntarme a dónde iré mañana, el placer de poder enfrentarme a lo desconocido y de nunca fijar una rutina, el apetito voraz por lo que está aún por descubrir. No quiero ser ese hombre que haga historia, ese que maraville a los demás, ese al que todos admiren, solo anhelo  ser ese hombre que disfrute de la vida, que de verdad lo haga, que se deleite con cada bocanada de aire y que carezca de esos obstáculos fijados por esas personas que solo desean coartar su libertad. Quiero ser ese hombre que nunca cejará en su empeño de vivir, que nunca se dará por vencido, que se sentirá complacido de haber conseguido superar otro día, que haya visitado los rincones más inhóspitos del globo y que fije su itinerario al despuntar el alba, que no tema vivir, un salvaje, como muchos dirían. Quiero ser ese hombre… Ese hombre libre como ninguno.

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